1. Legitimo la diferencia: Reconozco que todas las personas que participan son diferentes y que su diferencia hace que el foro sea valioso, por cuanto hay diversidad de conceptos y experiencias que permiten abordar las temáticas de trabajo desde muchos puntos de vista. “Probablemente esa diferencia me podrá sorprender, pero no será una limitante”.
2. Opto por el diálogo: Optar por el diálogo se refiere a que le doy valor a la palabra y gesto de las otras personas antes de dar mi aporte.

¿Cómo le doy valor a la palabra de otra persona participante?

Darle valor a la palabra de otra persona se refiere a darle importancia explícita a los conceptos, reflexiones y contenidos que las otras personas aportan.
Para ello, se recomienda confirmar la información, es decir “confirmar que entendí correctamente lo que la otra persona quiso decir”. Eso es posible hacerlo utilizando las siguientes herramientas:

• Parafraseo: con mis palabras voy a plantear el aporte que ha realizado la persona. Esto es muy útil porque me permite confirmar que entendí correctamente lo que la persona quiso aportar, y le permito al grupo volver a escuchar lo que alguna persona participante quiso aportar.
• Resumen: planteo la idea propuesta de manera esquemática, esto ofrece la oportunidad de que la otra persona retome o enfatice en detalles importantes de su planteamiento.
• Pregunto: solicito mayor información con respecto a lo planteado. Por ejemplo: ¿Qué se quiso decir con respecto a un concepto determinado? ¿Cómo ese concepto puede ser utilizado en determinadas situaciones?
• Pausa: me doy el espacio para asimilar la información recabada y con base en ello, reconsidero lo que yo había pensado aportar.
• Reencuadre: En procesos de mesas de trabajo con múltiples actores es recomendado no descartar ninguna idea propuesta. Por el contrario, la intensión siempre será sumar y sumar. Habrá ocasiones que se sugieran ideas que parezcan disonantes, acá se podría hacer una pausa y preguntar para solicitar ampliación. También se podría utilizar el reencuadre, es decir, ubicar la información planteada en nuevos términos. Por ejemplo, “qué les parecería esa propuesta si la planteamos en estos términos…”

Implementar estas herramientas es muy valioso porque permiten ir sumando y capitalizando información, estas pautas podrían permitir que aprendamos de las experiencias de nuestros colegas, y sobre todo, hace sentir a las personas participantes reconocidas y respetadas por sus planteamientos.

¿Cómo le doy valor al gesto de otra persona participante?

Generalmente, todos los planteamientos de contenido conceptual que realicen las personas de nuestro grupo de trabajo estarán acompañados de gestos (lenguaje no verbal). Este lenguaje también debe de tomarse en cuenta para fortalecer la confianza en el espacio de encuentro y de trabajo.

Darle valor a los gestos de otras personas se refiere a darle valor a los sentimientos o emociones que están acompañando el contenido que planteó. Eso es posible hacerlo utilizando las siguientes herramientas:

• Suspendo el juicio: Para ello mi primer paso será suspender el juicio, es decir, intentaré no juzgar, calificar, evaluar o etiquetar lo que la otra persona quiso decir.
• Observar sin evaluar: Por el contrario, intentaré observar sin evaluar y explorar los sentimientos o emociones que podrían estar acompañando la propuesta realizada, o la participación de alguna de las personas que conforman mi mesa o equipo de trabajo. Aquí, debo hacer un esfuerzo por diferenciar entre pensamiento y sentimiento. Un pensamiento que podría confundirse con un sentimiento sería “me siento incomprendido, o incapaz”. Estos son interpretaciones de sentimientos, en esos casos se recomienda señalar sentimientos tales como molesto (a), ansioso (a), frustrada (o). Los sentimientos son universales y humanos, todos los seres humanos de cualquier cultura lo pueden llegar a sentir: alegría, miedo, enojo, tristeza, etc. “He notado que has dejado de participar, ¿algo te ha hecho sentir molesto.a?”
• Reflejo de sentimientos: Para explorar los sentimientos o emociones que podrían estar acompañando el planteamiento que realiza mi colega podría utilizar el reflejo de sentimientos. Esto es, “veo que estás enojado.a”
• Pregunte para sumar: En ocasiones es importante balancear el poder en las mesas de trabajo, es decir, procurar que las todas las personas presentes puedan participar y sus planteamientos sean considerados. Para ello, se puede utilizar la pregunta como estrategia para invitar a participar a la persona que han hecho poco uso de la palabra. Por ejemplo, “María, al respecto de lo señala el compañero, ¿usted qué piensa?”
• Escuche: Darle valor a los gestos, sentimientos o emociones implica preguntar, pero también implica escuchar. Para ello, es muy importante que se haga una pausa para escuchar lo que la otra persona quiso decir, libre de mis prejuicios.
• Identifique necesidades: Habiéndose dado la oportunidad de escuchar podría identificar que más allá de los sentimientos o emociones podría haber necesidades insatisfechas que sean necesarias de resolver. Algunas podrán ser particulares para cada persona participante, pero podrá haber otras que sean comunes para el foro.

Estos ejercicios anteriores son muy útiles para construir confianza entre las partes o los miembros de los equipos de trabajo. Invertir tiempo en darle valor a los gestos, sentimientos o emociones no es tiempo perdido, es confianza ganada.

Si bien no todas las reuniones deben de planificarse con detalle sí es importante considerar algunas pautas que favorezcan reuniones más participativas y provechosas. A continuación, se ofrecen algunas pautas de planificación:

1. 1. Antes de la reunión:
      
      1. Ubicar la reunión en el proceso de trabajo y aprendizaje de todo el equipo.

1. 1. 1. Determine si esta es una reunión que es parte de un proceso. Si así es defina, en la primera reunión, el tiempo, lugar y frecuencia de las reuniones de ese proceso determinado.

1. 1. 1. Reflexione y determine quienes sí deben participar en ésta reunión, y quiénes se podrán sumar más adelante en el proceso.

1. 1. 1. Construya un cronograma de trabajo.

1. 1. 1. Diseñe una agenda por sesión.

1. 1. 1. Ofrezca previamente la información sobre la cual se trabajará, esto es importante para lograr que la participación sea informada

1. 1. 1. Define la estrategia de manejo de información: ¿a dónde se guardará la información?, ¿quiénes podrán tener acceso a esa información?

1. 1.  
   2. Durante:
      
      1. Encuadre la reunión:
         
         1. ¿por qué la importancia? (elementos del contexto).
         2. Si es parte de un proceso… explíquelo
         3. Aclare expectativas
         4. Revise la agenda de manera conjunta
         5. Revise el material informativo que se ofreció anteriormente y cualquier otro material que se ofrezca durante la sesión. (Evite ofrecer información que no será utilizada en la sesión)

1. 1. 1.  
      2. Defina y valide con el grupo las reglas de participación.

1. 1. 1. Defina y valide con el grupo los criterios sobre los que se tomarán decisiones.
      2. Visualice todos los aportes.

1. 1. 1. Como persona facilitadora participe desde la pregunta y no ofreciendo aportes concretos.

1. 1. 1. Todos los aportes son considerados y sumados. Realice síntesis que le permitan al equipo sentir que están avanzando.

1. 1. 1. Valide las síntesis y mejórelas.

1. 1. 1. Comunique y valide la estrategia de gestión de información.

1. 1. 1. Defina los próximos pasos.

1. 1. Después de la reunión
      
      1. Realice una minuta o memoria que le permita al equipo dar seguimiento a las tareas acordadas.

Antes de empezar a redactar:

• Recuerde que toda redacción que realice debe de tener tres partes: introducción, desarrollo y conclusión.
• Realice una lluvia de ideas y divídalas en partes: introducción, desarrollo y conclusión.
• Cuando termine su lluvia de ideas haga un esquema. Cada idea debe de tener otras ideas secundarias que respalden su idea principal. Por ejemplo:
  • Idea
    • Idea Secundaria
    • Idea Secundaria
    • Idea Secundaria
• Los argumentos deben basarse en fuentes recientes, relevantes, fiables, imparciales, diversas.
• Las oraciones simples son preferibles pues le dan más claridad al lector de lo que se quiere decir. Las oraciones simples tienen los siguientes elementos:
  • Sujeto: es quien realiza la acción.
  • Verbo: acción de la oración.
  • Complementos: acompañan al verbo de la oración.
• Tenga en mente su lector meta en todo momento: escriba pensando en que su público meta pueda entender el mensaje que quiere dar.

A la hora de redactar:

• Tenga presente en todo momento el esquema que ya realizó. Cada párrafo puede conformarlo con dos o tres ideas principales y sus respectivas ideas secundarias. No es necesario que sus párrafos sean muy largos, es mejor ser preciso y que el mensaje quede claro.
• Recuerde los signos de puntuación:
  • Punto: se utiliza para finalizar oraciones.
  • Coma: separa elementos de una lista, por ejemplo: comí frutas, verduras, carne y ensalada.
  • Dos puntos: inician una lista.
  • Punto y coma: separa oraciones que tienen relación entre sí pero no tienen una conjunción para unirlas.
  • Conjunción: es la palabra que funciona como conector para unir oraciones. Por ejemplo: y, ni, o, que, por tanto, pues, entre otras.
  • Signos de interrogación: se utilizan al principio y al final de una oración interrogativa, es decir que se emplea para pedir información. Utiliza partículas interrogativas tales como: qué, cuándo, dónde. por qué, quién.
  • Signos de exclamación: se utilizan al principio y al final de una oración exclamativa, es decir que expresa emociones y sentimientos.
  • Paréntesis: encierran incisos que funcionan para definir una idea expresada en el texto. También se utiliza en citas textuales.
  • Guión: separa un inciso que se agrega en medio de la oración. Estos incisos son de carácter aclaratorio. Por ejemplo: La lluvia -y la nieve- son comunes en la zona. También se utiliza para las palabras compuestas, por ejemplo: técnico-científico.
• Recuerde las contracciones del español: a+el= al (vamos al supermercado); de+el= del (el contrato del abogado).
• Las mayúsculas se usan al inicio de una oración, después de un punto, en nombres propios y en el uso de siglas.
• La sangría se emplea al inicio de cada párrafo.
• Evite el uso innecesario de la misma palabra: tenga disponible un diccionario de sinónimos para consultar términos y evitar la repetición redundante de la misma palabra.
• Escriba en una sola voz en todo el texto; es decir, si escribe en primera persona o tercera persona aténgase a ella.
• No es necesario la repetición de ideas: enfóquese en que su mensaje sea lo más preciso y corto posible. Es más importante la calidad de su mensaje que la longitud de éste.

Cuando termine su redacción:

• Lea el texto que redactó al menos dos veces en voz alta para verificar que haya utilizado bien los signos de puntuación y que no haya repetido palabras que puede cambiar por sinónimos de la misma.
• Consulte páginas en Internet si no tiene claro algún término o uso de la lengua española. Para ello tiene disponible la página de la RAE, páginas de universidades, entre otras. A su vez, la RAE tiene un Diccionario panhispánico de dudas que está a la disposición de cualquier hablante.
• Revise si su idea principal u objetivo se entiende bien en su redacción. Puede pedirle a terceros que lean su texto y le digan cuál fue el mensaje que se recibió para garantizar que sea efectivo.

Recuerda que uno de los objetivos centrales en el litigio estratégico es convencer a un juez o tribunal sobre nuestros argumentos, ya sea para que la otra parte (actor o actriz privada o pública) sea declarada responsable penal, civil, administrativa o internacionalmente, o bien, para que la persona a la que representamos sea declarada inocente (por ejemplo, en el marco de un proceso de criminalización). Se trata de entregarle razones lógicas y jurídicas para que tome la decisión deseada.

Para lograr convencer, es indispensable presentar escritos jurídicos que sean claros, concisos, y que articulen las ideas de manera coherente. Para tales efectos, se sugiere utilizar el método IRAC, que por sus siglas en inglés significa lo siguiente: I (issue), R (rule), A (application) y C (conclusion).

En este método, lo primero es establecer el problema que se va a abordar (issue), para ello, se sugiere redactar un párrafo o varios que den cuenta de esto. Por ejemplo,

Como se desprende de los hechos, el día 2 de agosto, 50 personas se manifestaban frente a la Casa Presidencial en contra de la decisión del Presidente de eliminar los subsidios al transporte público. Esta manifestación fue reprimida por parte de agentes militares quienes llegaron al lugar, y de forman indiscriminada, dispararon balas vivas a los manifestantes, producto de ello, 2 personas resultaron asesinadas y 20 heridas de gravedad.

Establecido el problema, lo siguiente es establecer cuáles son las normas aplicables a esta situación (rule). Si se desea, se puede iniciar con normas internacionales que apliquen al Estado (así como la interpretación que han hecho órganos internacionales) y luego las normas nacionales correspondientes. Por ejemplo,

El Estado de Honduras ratificó la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH), este instrumento en sus artículos 13 y 15 establecen los derechos a la libertad de expresión y reunión. Estos artículos han sido interpretados por la Corte Interamericana de la siguiente manera (agregar citas de jurisprudencia relevante).

Además de las disposiciones internacionales, la Constitución Política hondureña en sus artículos 75, 78 y 79 también prevé estos derechos. Al respecto, la Sala Constitucional hondureña ha señalado que (agregar jurisprudencia relevante).

Luego que se incluye las normas y jurisprudencia aplicable (application), se debe proceder a indicar cómo y por qué éstas aplican al caso concreto. Así, por ejemplo,

De acuerdo con las normas descritas, es claro que el acto de los militares el día 2 de agosto, constituyó un uso excesivo de la fuerza. Este acto no cumplió con los requisitos de razonabilidad ni proporcionalidad, ni se basó en un objetivo legítimo. Es claro que los manifestantes estaban ejerciendo derechos humanos, como lo es el derecho de reunión de manera pacífica, todo ello acorde con la interpretación que ha hecho la Corte Interamericana y la propia Sala Constitucional.

Finalmente, luego de aplicar las normas y jurisprudencia al caso concreto, se debe proceder a redactar la conclusión, es decir, redactar un párrafo que afirme lo que queremos probar, esto es útil para aclarar al juez lo que se quiere lograr y enviar un mensaje sobre nuestro convencimiento al respecto. Así, por ejemplo, si se quiere que tener por probado que el Estado violentó la libertad de expresión de personas que estaban protestando se puede indicar así:

En conclusión, el Estado de Honduras al haber reprimido la manifestación pública utilizando un uso excesivo de la fuerza, violentó el derecho a la libertad de reunión, así como la libertad de expresión de las personas ahí presentes.

En ocasiones, se pueden hacer modificaciones a este método, por ejemplo, redactando la conclusión en el primer párrafo, y luego pasando a referirse a las normas y la aplicación de estas al caso concreto, para finalmente, volver a señalar la conclusión. A esta modificación se le conoce como CRAC (conclusion+rule+aplication+conclusion).

Algunas otras sugerencias a la hora de redactar:

• redacte los hechos de forma cronológica,
• cuando mencione jurisprudencia o normas, realice la cita correspondiente al pie de página,
• evite usar lenguaje emocional, es decir, adjetivos calificativos sobre personas o autoridades, y
• use palabras simples y concretas, evite el uso de lenguaje complejo.

Para mayor análisis sobre este método se recomienda mirar acá.

Freire, Paulos. et al. Por una pedagogía de la pregunta. México: Siglo XXI. 2016.

Gil Ljubetic, Rodrigo. Guía de redacción legal (Material preparado por Pablo Letelier Cibié con fines exclusivamente docentes para el curso de Derecho Civil I del profesor Rodrigo Gil Ljubetic). 2013.

Guillen, Sergio. et al. Manual de formación en negociación basada en intereses. 2da Edición. San José, Costa Rica. Funpadem. 2011.

Naciones Unidas. Lenguaje inclusivo en cuanto al género. 

Rosenberg, Marshall. Comunicación no violenta: un lenguaje de vida. 8va reimpresión. Buenos Aires: Gran Aldea Editores. 2013